Cuerpos poéticos
- Vanesa Menalli
- 5 may
- 2 Min. de lectura
La pandemia y la revolución digital han iniciado cambios sin precedentes en estos últimos años. Aparecieron múltiples prácticas de danza en trincheras, al aire libre, en retiros, en la virtualidad, en espacios cotidianos, en espacios reducidos, en la imaginación, en el pensamiento, en trabajos de investigación, en los sueños.
Palabras, videos, imágenes, diseños, audios, necesidades, adaptaciones, intereses y perspectivas diferentes. Propuestas, ideas, proyectos, saberes, información, vivencias, experiencias, seducción. Nos encontramos con una vida movilizada por pausas, desvíos, reflexiones y excesos, soledades, emprendimientos, contenidos y atenciones diversas. Cuerpos en procesos de cambio.

La pandemia reveló otros modos de danzar y de aprender.
Todo lo que existe en el mundo puede danzar, pero esto lo dejo para escribirlo en otro momento. Hoy escribo sobre la danza humana. Y la danza humana habita en un cuerpo, siempre cambiante, que es su mayor complejidad.
El cuerpo humano es un misterio, cómo no lo sería la danza? Tatsumi Hijikata decía que estar frente a otro cuerpo es estar frente a un mar insondable. Estar en nuestro cuerpo es estar en un mar insondable. Vivimos en un cuerpo insondable y morimos en él. Somos un pedazo infinito de naturaleza, mundo, galaxia, universo, cosmos, agujero negro.
Cada día es una posibilidad de sumergirse en ese mar insondable, vivir su infinitud. Y habitarlo desde la sensación diluye la necesidad de comprender.
Y la danza…
Es incertidumbre acogedora. Descansar en las inquietudes de la danza. Deleuze llama punto de fuga a los devenires que sorprenden, vestigios de lo insondable que nos habita.
Un cuerpo, múltiples cuerpos. Poetizo algunos cuerpos para danzar mundos: cuerpo espejo, cuerpo hogar y cuerpo cuenco.
Llamo cuerpo espejo a un cuerpo atento, que está en los detalles de la contemplación del mundo, con todos los sentidos, es un cuerpo entero. Es un cuerpo que observa y escucha minuciosamente, espeja y refleja maneras, desplazamientos, movimientos, velocidades, fuerzas, texturas.
Llamo cuerpo hogar a mi cuerpo, a sus gestos, semblantes, hábitos, biografía, afectos, sensaciones, pensamiento, aprendizaje; es mi experiencia. Es el cuerpo de la propia singularidad.
Llamo cuerpo cuenco a un cuerpo despojado del cuerpo espejo y del cuerpo hogar; es un cuerpo lleno de vacío, deshace metáforas y hace metamorfosis. Es un cuerpo disponible para su devenir extranjero, para hacer contacto con nuestro mar insondable. Es un cuerpo para una danza impersonal, incertidumbre acogedora que sorprende, revela, inquieta. No hay voluntades, somos danzados.
Cuerpo espejo, cuerpo hogar y cuerpo cuenco son poéticas para la danza, con sus cruces, entrelazamientos, paradojas e interrogantes infinitos. Un collage corpóreo de fuerzas y potencias para danzar mundos.
Ft Helena Almeida
Vanesa Menalli (2025)


Comentarios